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C.
I. 29.544.354
CUARTO
AÑO SECCIÓN: “B”
COPLERO
Dedicado a los
50 Años del
Liceo
Bolivariano “Ángel Maria Duque”
En el amanecer
de un día
en 1968
se fundó el La
Grita
un Liceo Para
todos
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Fue alegría de
muchas alegrías alegría de todos
Se fundó en La
Grita
Un Liceo para
todos.
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Reino la
alegría
reino la paz
fue en el Kermaría
donde supo
funcionar
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Viva la
literatura
viva este
fiestón
llego Kalena
García
con el coplero
para la Institución
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Caras negras
jóvenes
vistosa
salían al
Liceo
las catiras,
las negras
y las buenas
mozas.
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Muchos
Directores
han pasado
por esta
Institución
y a todos los
recordamos
con afecto y
amor.
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Se abre y se
cierra
cual dulce
canción
bellas
profesoras
de esta
Institución.
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Mariposa blanca
con tu escubritar
un saludo a
sus estudiantes
en esta
oportunidad.
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Llego la
alegría
llego la
emoción
fue en 1981
cuando
estrenamos
nueva
Institución.
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En tu revolotear
de brisa
provoca la
risa
funcionaba
Gladys Lupe
hermosa flor
de Biología.
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Todas las
flores
cuando son
tocadas
un saludo a la
Profesora Chava
que siempre
será recordada.
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Todas las
promociones
deslumbran de
alegría
porque el
Liceo de sus recuerdos
se viste de
algarabía.
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Celebramos las
bodas de oro
celebramos con
emoción
a un Liceo de
Historia
le deseamos
todo lo mejor.
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Un saludo a
todos los padrinos
que ha tenido
mi Liceo
pero un abrazo
a Millán González
por brillar en
este coplero.
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La Promoción
81 – 86
está
emocionada
con estos 50
años
de historia
que todos
lleven en el corazón.
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Un saludo al
amigo requena
amigo de
promoción
que hermosa
lucha hoy dejaste
por un autobús
para esta Institución.
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Este fue un
hermoso regalo
que todas las
promociones
han de
sembrar, un bello cultivar
para la
cumpleañera que 50 años vive ya.
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Muchas
generaciones
por este Liceo
han pasado
de jóvenes
inteligentes
que sus
huellas han dejado.
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Saludo a la
Prof. Ana Margarita
con su Química
brillo
con sus fórmulas
y concejos
hasta a muchos
asusto.
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La cantina a
sido sitio
de alegría y
aperitivo
como
disfrutaban los muchachos
comiendo ricas
golosinas.
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El comedor
todos lo visitan
y se acercan
con emoción
porque hoy en
día la comida
cuesta tanto
que los manjares
llegan al
corazón.
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La Grita está
de fiesta
en La Grita
brilla la emoción
con clarines y
timbales
el Ángel Maria
Duque
brilla con sus
50 años de tradición.
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En la
promoción 1981
quiero saludar
al popular
Popeye
Reinaldo Márquez
Un tío muy
singular.
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La Grita ha
tenido reinas
y a todas voy
a saludar
porque más de
una
han sido formada
en un liceo
muy peculiar.
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El liceo ha
contado
con grandes
personas
que han hecho
de esté recinto
un liceo para
la historia.
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Viva la
alegría
viva la
emoción
un saludo a
Alix Telma Ostos
con su bello
acordeón.
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Los Profesores
del Ángel Maria
han educado a
generaciones
un saludo a
Oliva Márquez
con su química
y ecuaciones.
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El deporte ha
brillado
con algarabío
y emoción
un saludo a
Juana Sánchez
un recuerdo de
promoción.
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Muchos ya en
el cielo
Directores,
Profesores y alumnos
una oración
para todos
en fecha de
recordatorio.
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La Promoción
1987
Brillo con
emoción
Fue Ramón Alí
Roa Márquez
El más
brillante de la promoción.
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En esta fiesta
no se
Puede dejar de
mencionar
a las bellas
chicas
de la banda,
que lindas
saben bailar.
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Los Docentes de
cultura
luchan por
brillar
en banda canto
y desfile, que
alegría
estos 50 años
nos ha dejar.
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La profesora
Amarelis
Hermosa con su
peinado
Al estilo niña
bonita
En
matemática a todos
Nos ha
ayudado.
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Un recuerdo
para La Grita
Deja Marlene
Márquez
Egreso de las
cunas del Ángel Maria
y se está con
el Oratoria en todas partes.
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El Ángel Maria
tiene una profesora
hermosa de
distinción
esa fue Elide
Duque
con su química
y formación.
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La promoción
de 1993
envía un
saludo
a todos con
atención
es Jorge Ivan
Márquez
que dejo
ilusión
amigo de todos
éxitos a mi
liceo
gracias por su
formación.
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Yusbely Duque
envía sonrisa
a un recuerdo
añorado
que bello fue
ser educada
en un liceo
enamorado.
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Los azulejos
les decían
a todos los
estudiantes
nada que envidiaren
La Grita las faenas
De todos los acompañantes
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Katy Trosell
Vivas
Envía a todos
un abrazo
Que recuerdo
más
Hermoso en sus
aulas
Haber
estudiado.
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Un saludo al
personal obrero
De tantas
generaciones
Todos han
hecho de este
Liceo un
jardín muchas emociones
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Los
estudiantes de La Grita
están
enamorados
todos celebran
los 50 años de
Liceo
mas
mencionado.
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Un saludo para
todos
Quiero hoy
enviar
Soy Kalena
García Márquez
De 4 año
sección “B”
Entre
vivencias y recuerdos
Este bello
coplero redacté.
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Gracias a
todos los profesores
por haber
trabajado
en especial a
la Directora
Profesora
Nancy Morett
por haber
rescatado
el despertar y
la sonrisa
de los jóvenes
de La Grita
que allí todos
hemos sido formados.
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Con ayuda de
jaureguinos
que aportaron sus
recuerdos
son 50 años de
historia
que alegría
haber participado
en un Liceo
para la historia
que Dios supo
regalarnos.
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Gracias a todos
Gracias por la
formación
Gracias a los
profesores
De ustedes
recibimos formación
Y virtudes.
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Un aula para
divertirnos
llegue a este
Liceo
Ángel Maria
Duque
en este nuevo
aniversario
son 50 años de
historia,
de oro bien
vividos
en este
maravilloso recinto
se disfruta
con alegría.
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Gracias al
Santo Cristo de La Grita
por habernos
permitido vivir esta
osadía con actos
y desfile
programas de
radio, fotos,
aplausos y
algarabía.
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Despide
Kalenita
estudiante de
cuarto año
que llego a
esta fiestecita
que viva Ángel
Maria Duque
que viva por
50 años más
y todos
satisfechos
lo llevare en
mis recuerdos
Gracias feliz
día los Amo por siempre
Kalena
García Márquez.
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ENTRE
SUS PAREDES (LEYENDA)
Los
gritos se extendían por todo el pasillo, luego un golpe en seco, y todo lo
demás fue silencio. Pasos acelerados hacían eco sobre las paredes. La puerta
del fondo era azotada con violencia.
Uno,
dos, tres golpes más.
El
ambiente era tan macabro que la luz parecía no entrar por los grandes
ventanales, todo era tan tenue y frío. La brisa era pesada y húmeda, empañaba
el cristal y pequeñas gotas se deslizaban lentamente, mientras el llanto, ahora
desgarrador, buscaba ocultarse tras aquella puerta que ahora estaba
entreabierta.
Sus
manos temblaban, mientras que, con mucha fuerza tapaba su rostro y reprimía los
sollozos. Nuevamente las lágrimas perdían el sentido, permitiéndose ya, por si
misma, contenerlas.
Minutos
llenos de duda, ya sus piernas comenzaban a adormecerse tras pasar todo aquel
tiempo en la misma posición, la tapa del inodoro comenzaba a resultarle
incomoda y su seriedad y timidez volvían a ser su escudo, ante su vida, ante
todo.
Comenzó
a deslizar la perilla de aquella pequeña puerta metálica, y con la poca fuerza
de voluntad que aún conservaba la empujó, respirando muy profundamente dio dos pasos al frente, y subió su mirada,
que permanecía caída, enfocando algún punto del suelo.
El
espejo reflejó un rostro que desconocía, estaba agotada, sus labios hinchados y
sus mejillas sonrojadas, al igual que su nariz le daban un aspecto tan
destruido, que por un momento creyó haberse perdido en sus propios sombríos
recuerdos.
Observó
la esquina donde había sido víctima del dolor y la injusticia. La esquina donde
hacía ya mucho tiempo había perdido el sentido de la vida.
Salió
con un silencio sepulcral, y caminó lentamente, como si sus pasos le dolieran.
Se veía tan serena, pero aun su corazón permanecía acelerado.
Sus brazos aun adoloridos y marcados con
moretones se ocultaban tras las mangas de su viejo suéter de lana, mientras que
el resto de su ropa no era nada más que trapos sucios y desgastados.
Los
pasillos estaban vacíos, dentro de cada aula decenas de jóvenes se dedicaban a
estudiar, atentos a las indicaciones y entregando todo de sí para aprender; era
el primer liceo público de la zona, bastante destacado por su estructura que
fue diseñada años atrás con la finalidad de construir un seminario. Aun así,
todo allí daba la impresión de ser imponente, su estructura, sus paredes,
incluso sus pinturas, eran obras dignas de admirar.
Una
campana, y el mar de estudiantes salían a toda prisa de sus clases, todos
parecían estar tan envueltos en sus propios universos que no se percataban de
su alrededor: empujándola, tirándola, excluyéndola, olvidando completamente su
existencia. Y ella, totalmente fuera de sí.
El
rumbo que tomaba era incierto, su madre había muerto hace más de 4 años, cuando
ella apenas comenzaba a disfrutar su juventud, mientras que su padre,
únicamente ahogaba sus penas en alcohol, fastidiado por la vida que le había
tocado.
Sus
pasos eran lentos e indispuestos. Sin fe y con una pizca muy pequeña de
esperanza.
Su
abuela, quien ahora la cuidaba era una mujer fuerte, criada a la antigua, pero
con un corazón tan noble que irradiaba amor, y era, sin duda, la única razón de
felicidad para ella.
El
frío penetraba sus poros, y aún el miedo la invadía. Sus pensamientos volvían a
los golpes, las burlas, las amenazas. El día que la humillaron por primera vez,
el día que le arrancaron su virtud, incluso la mañana de hoy, cuando estaba lo
suficientemente agotada como para permitirse todo aquello, pasó, y esta vez no
resistió el impulso de llorar.
Sus
ojos grisáceos se oscurecían con cada recuerdo, mientras que sus pasos eran
cada vez más acelerados, el camino hacia el pequeño poblado donde vivía se le
hacía cada vez más corto, y por fin, después de tanto tiempo, sonreía.
Pronto
ocurriría el fin de ésta tortura.
La pequeña casa donde vivía estaba vacía,
desolada. La habitación estaba en completo silencio, todo estaba intacto, desde
los suelos de friso hasta las paredes blancas, pero en el techo de machimbre, a
un costado de la lámpara un cuerpo flotaba, sin vida, atado con una soga de
yute desde el cuello. Su rostro estaba tranquilo, sus ojos cerrados, su nariz
derramaba pequeñas gotas de sangre, que pararían en el suelo formando un
pequeño charco, por otro lado, en sus labios aún permanecía aquella sonrisa.
Los días fríos siguieron, pero con ellos, el
recuerdo se fue desvaneciendo, hasta quedar en el olvido.
Una
abuela triste lloraba en pena por un suicidio.
Pero, aquel baño donde todo comenzó jamás
volvió a ser abierto. Sabiéndose que algo permanecía allí.
Los gritos se extendían por todo el pasillo, y
los sollozos aún desgarradores seguían, pero ésta vez, una sombra los
acompañaba.
Con sus brazos golpeados y su rostro demacrado
busca la paz que le habían arrebatado.
Justo
cuando el sol se está ocultando, la brisa se torna fría y los vidrios húmedos,
es cuando sus pasos se escuchan, y con ellos, sus lamentos.
NOMBRES:YEISON ALEXANDER
APELLIDOS:
SÁNCHEZ AVENDAÑO
AÑO Y SECCIÓN: 4TO“D”
C.I: 30.352.377
CARTA A MI AMD
AÑO Y SECCIÓN: 4TO“D”
C.I: 30.352.377
CARTA A MI AMD
Querido amigo:
Hoy
vengo a dedicarte mi tiempo a ti, mi querido Ángel María Duque. Donde ya hace
mi segunda casa y mi segunda familia, con los cuales convivo momentos maravillosos
llenos de enseñanzas y aprendizajes, las cuales me hacen a crecer como persona
y aprender de tus maestros, los cuales me enseñan a ser humilde y
respetuoso y valorar lo que me regalas.
Más
que una casa de estudio, eres mi segunda casa, donde ya hice mi segunda
familia, esta familia que quiero tanto; esos maestros que cada día me enseñan a
levantarme y luchar a no quedarme estancado allí. Que por más oscuro que este
el camino siempre habrá una luz, para salir adelante. Esos compañeros que yo
los adopto como hermanos, puesto que ellos son los que me ayudan a triunfar, tú
me enseñaste que estando
entre escombros con la ayuda de DIOS y de las personas que te quieren, te puedes levantar para ayudar a los que lo necesitan como tú los haces con todos tus estudiantes, docentes y personal obrero. Un amanecer rutinario donde la luz de la mañana ilumina tu belleza,
resplandeciendo tus pasillos donde guardo mis recuerdos, sueños y añoranzas. Gracias por todo Ángel María Duque, gracias por enseñarme tanto por guiarme, por ser esa luz resplandeciente en mi camino; que hizo que mis estudios fueran los mejores y lo seguirán siendo, bueno sin más preámbulo te quiero desear un “Feliz Aniversario número 50”.
entre escombros con la ayuda de DIOS y de las personas que te quieren, te puedes levantar para ayudar a los que lo necesitan como tú los haces con todos tus estudiantes, docentes y personal obrero. Un amanecer rutinario donde la luz de la mañana ilumina tu belleza,
resplandeciendo tus pasillos donde guardo mis recuerdos, sueños y añoranzas. Gracias por todo Ángel María Duque, gracias por enseñarme tanto por guiarme, por ser esa luz resplandeciente en mi camino; que hizo que mis estudios fueran los mejores y lo seguirán siendo, bueno sin más preámbulo te quiero desear un “Feliz Aniversario número 50”.